Los hermanos Robledo vuelven a salir campeón el año 56, con Jorge convirtiendo 12 goles. La campaña de los Robledo se acaba el año 1958 de ahí los dos siguen distintas caminos, mientras Jorge se enemista con los dirigentes y se va a jugar a O’Higgins de Rancagua y posteriormente se dedica a trabajar en la mina, a Ted le esperaban otros sucesos en su vida.
Ted vuelve a jugar unas temporadas a Inglaterra al Notts County de Nothingham pero vuelve el 59 es ahí donde la historia hace un vuelco importante. Después de su corta estadía en Inglaterra en contratado por la NASA como técnico electrónico (la cual era su segunda profesión), a través de la Universidad de Chile. No conforme con su sueldo, decide ser entrenador por lo cual viaja a Centroamérica para dirigir en el Salvador en el 11 Municipal pero su estadía resulta corta y se va por nuevos rumbos, ahora trabajando en levantamiento de torres petroleras en África y Brasil. Mientras estaba en estos trabajos fue contratado por una compañía norteamericana de barcos petroleros para trabajar en el Golfo Pérsico.
En 1970 aceptando la invitación del capitán del barco petrolero Assahn, se embarca en el puerto de Dibbah en el sultanato de Omán, para realizar un crucero a través del Golfo de Omán pero el destino hizo que nunca más volviera.
Según su viuda se pierde el rastro de Ted después de jugar cartas junto con el capitán y otras personas el 5 de diciembre de 1970.
Posteriormente se abrió un juicio en Oman para esclarecer los eventos acaecidos ese día sin embargo las contradicciones del capitán Hans Besseinich que negó a Ted como tripulante, dejaron un manto de duda. Finalmente la justicia decreto al capitán inocente descartando cualquier tesis de suicidio y determino que sólo había sido un accidente. No quedo claro que fue lo que paso con su cuerpo y en que circunstancias se había perdido rastros de el.
Jorge quedo muy afectado por la desaparición de su hermano y no comento declaraciones sobre lo ocurrido.
Jorge falleció en Viña del Mar el 1 de abril de 1989 de un ataque cardíaco.
Uno fue goleador en todas partes, jugo un mundial con Chile, estuvo en la carátula de uno de los discos de uno de los más grandes músicos de la historia, el otro fue un buen jugador, también seleccionado, trabajo para la NASA, construyó torres petroleras y encontró un misterioso fin en el sultanato de Omán.
Dos historias para recordar que pocos podrían contar.
increible espacio
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